16 maio 2006

Dios, esto si que es antimítico: la sintonía, las pintas, los actores. Por mucho que nos riamos de ella, esta serie marcó nuestra infancia más allá de lo que la religión, la familia o la escuela puedan ni siquiera imaginar. Además de poder disfrutar de la sugestiva presencia del inimitable Michael Caine Garrafon.Solo por eso, gracias.